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The Evolution of Children’s Television Programs in Uruguay

Cuarenta helados.⁤ Tenía‌ que ser más que suficiente: una conservadora con cuarenta helados del sponsor del programa para ‍compartir con los chiquilines que se acercaran. Horacio Rubino y ‌Gabriela Lopetegui habían ‌estrenado un par de meses‍ atrás Requetedivertidos en Canal 4 y ‍convocaron a los niños del ​otro lado de⁤ la pantalla a encontrarse en el Zoológico de Montevideo. Pero cuando ⁢llegaron el panorama era otro: “Había cuatro mil niños ‌empujando las⁢ puertas del zoológico para entrar”, recuerda ahora Rubino, que en su incredulidad se vio rodeado de chicos que ⁢gritaban su nombre mientras tiraban con ímpetu de su camisa. Era una⁢ estrella televisiva, de la época en que los niños miraban televisión.

La televisión llegó a Uruguay a mediados del siglo pasado. El 7 de diciembre de 1956⁤ en ​Saeta Canal 10⁢ hizo historia al poner ⁤al aire la primera emisión televisiva, pero terminó de consolidarse en la década siguiente con la fundación de los principales canales ‍de aire.

La llegada del aparato a‌ las casas de‌ las familias‍ uruguayas fue una revolución tecnológica. Para los niños,⁤ aquella caja mágica fue una ventana nueva al entretenimiento y la imaginación. “Desde los primeros años de la televisión ya hay espacios de programación ​infantil”, dice Rosario‌ Sánchez, investigadora y coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Ficción Televisiva (Obitel) en Uruguay.

La Revista Infantil, conducida por Miguel Ángel Manzi en la que los niños ‌mostraban sus destrezas,‍ los espacios de ⁢dibujos animados con El show del ‍Super Ratón o las Urracas ⁢parlanchinas de​ Paul Terry, a⁤ los que en seguida le siguieron Los Picapiedras y Los Supersónicos de Hanna‌ y Barbera. En los inicios de ‍los⁤ 60′, Eduardo D’Angelo encarnó a Capitán Cañones. Y series​ como Lassie, Rin tin tin o El llanero solitario‌ formaron parte de la programación de esa primera década.

Paulatinamente ​la televisión dejó de ser una novedad tecnológica y un símbolo de estatus económico para convertirse en parte de⁢ la‍ vida doméstica de los uruguayos.⁤ “Los académicos de televisión han insistido de manera muy constante en que ⁤hay una ⁣relación⁤ dialógica entre la construcción ⁤de la ‍programación y la vida ​doméstica; una influye en la‍ otra”,‍ señala‍ Sánchez y explica que ‌esta correlación entre la programación televisiva y ‍la rutina del hogar ​resultaba en espacios diario destinados a los niños en la mañana y después de las cinco de la tarde.

Los niños y niñas del barrio llegaban a⁢ la única casa de la cuadra que tenía un televisor para verlo a él. Vestido con una camisa ‍a rayas, engalanado con⁢ un ⁣sombrero y guantes blancos, y un par de⁣ cejas ⁤anchísimas a juego con un bigote negírismo, Eduardo Freda marcó una tradición para los niños que miraban la televisión a fines ‍de la década de los 60 con su personaje más ‌querido: Pilán. “Arriba, abajo, ​al ‌centro y​ adentro”, decía, y los invitaba⁣ a tomar la leche. El programa​ en‍ el que Pilán presentaba ⁤los⁣ dibujos animados en la pantalla de Canal 4 se convirtió de alguna manera en un antecedente de esa tradición hogareña después de la escuela.

Pilán

En Uruguay los programas infantiles han cumplido más de una función. Por una parte hay un conjunto de programas que tenían una intención más o menos educativa –siempre había​ un contenido que​ pretendía transmitir una información o algún ⁢tipo ⁤de ‌habilidad– pero ‌también una función de entretenimiento y hasta ‌cierta relajación después de volver de la escuela y hacer los deberes. También esos programas infantiles, que podían⁢ ser desde programas que tenían una figura que protagonizaba la animación ‍y que ‌generaba cierto‌ diálogo con los niños y las ​niñas, hasta simplemente pasar dibujitos animados,‍ solían también tener una función de alivio para los padres. Hay un rato que los niños se quedan quietos y no demandan nuestra atención”, sostiene la ⁢investigadora.

En 1972 El show del mediodía ⁣ tuvo que salir del aire. Las restricciones eléctricas, producto ⁤de la crisis ⁢energética que atravesaba el país, hizo que la televisión empezara a emitir su programación desde las‍ seis de ⁣la tarde. ​Entonces Horacio ⁤Scheck –cofundador‍ de Canal 12– le hizo una propuesta a Cacho de⁤ la Cruz: “Pensá qué querés ⁤hacer”.

Ese ‌fue el comienzo de uno‍ de ⁤los programas infantiles más duraderos de la televisión nacional. Cacho Bochinche, ‍conducido por De la Cruz y ‍Laura ‍Martínez, se ⁢convirtió en ‌una presencia permanente durante 38 años en la pantalla. Generaciones ⁤de niños y niñas pasaron por la tribuna, le dejaron sus chupetes a Ultratón, movieron su cuerpo al ritmo del‍ Pajarito Amarillo y aprendieron que “decir cosas feas es‌ asunto ⁣grave”.

“Recordé todo lo⁣ que me gustaba⁣ hacer cuando era chico y lo hice⁤ para los pibes”,⁤ contó Cacho en una entrevista con El Observador. Apeló entonces ⁤a sus recuerdos más divertidos‌ para ponerlos al servicio de la televisión: ‍el golero de resortes, el palo enjabonado, las actividades de ⁤kermés. “Lo que más risa me da⁤ es cuando ​algún padre dice ‘mirá quién está acá’ y el chiquilín‍ así: quieto⁤ y ⁤con ojos ⁢grandes. ¡No ⁢me​ conoce!. ‌Me queda mirando. ‘¡Mirá quién está: Cacho Bochinche!’. ‌‘¿Quién es Cacho Bochinche?’”, comentó con humor.

Ahora, Laura Martínez atiende a El Observador desde Maldonado, donde conduce el ciclo de entrevistas Laura Contigo en Canal ⁤11: “Creo que ya no hay lugar para esos programas. No hay regreso, ya es todo tecnología”.

Considera que un programa como Cacho Bochinche, de dos horas en vivo con un tribuna que participa de los juegos y las canciones actualmente sería “imposible”. “El formato que teníamos, de conexión con el niño desde lo primitivo, el versito o la canción que el chico había⁤ aprendido en la ⁣escuela y venía a‍ decirlo en la tele con abrazos, con contención, o a participar en juegos, ya no existe. Es otro mundo. Ahora a los seis años se reirían con el programa infantil que hacíamos nosotros”, reflexiona la co-conductora y líder de‍ las Chin Chin.

Horacio y Gabriela⁣ fueron los conductores, entre 1988 y 1991, de Requetedivertidos en Canal 4. Una época en la que rompieron con la hegemonía del programa de Canal 12.

“Yo tenía veinte años, no ⁤conocía el mundo de la televisión, me‍ encontré​ por primera vez con él. Había mucho de inconsciencia porque ​no teníamos idea​ del alcance que teníamos. Los ratings no se medían como ​ahora que los tienes ‌en el celular ⁢minuto a ​minuto. En‌ aquel entonces tenía que esperar todo el rating de un mes y te⁢ lo daban treinta días después. ⁢Y no sabíamos qué pasaba con el programa, pero evidentemente arrancó desde el inicio ⁣con un éxito enorme“, recuerda Rubino.

Con los años, fue tomando una clara dimensión del impacto del programa en los niños. “Gabriela y⁣ yo hicimos un espectáculo solos y se‍ llenó el Cilindro Municipal. ⁤Todas las tribunas del Cilindro colmadas de gente. Son cosas que hoy veo ‌muy difícil, ​sino imposible, ⁣que lo pueda conseguir un‍ programa infantil“.

“En aquel entonces la oferta de televisión eran cuatro canales de aire y nada más. Recién sobre el final de nuestro ciclo empezó ​a aparecer el cable. Nosotros estuvimos en el momento justo, hoy ‍me‍ parece que es muy difícil que existan‍ ese tipo de programas infantiles o siquiera que haya uno“.

Ya para la década del ⁣noventa la televisión uruguaya tenía reservado​ un lugar especial en su programación para‍ programas⁤ dirigidos al público infantil y juvenil. Fue ‌la ‍década del boom de la ‍producción local con programas como Maxianimados a cargo de Maxi de la Cruz; El Rato ‍de Charoná con Luis Alberto Carballo, El Club de‌ las Tortugas Ninja, Alejandro Camino y El ⁣Club de Tom y Jerry o Aventujuegos con la conducción de Noelia Campo.

No solo de producciones nacionales se trataba. En 1991 desembarcó El show de Xuxa en la pantalla de Teledoce y ⁣Flavia Palmiero en Saeta con Flavia está de fiesta. Programas ⁤repletos de canciones infantiles⁣ y coreografías ‌que quedaron en la memoria de una generación que creció deseando ser ⁢”Paquita” y marcaron una forma de hacer televisión.

También fue la década de consolidación de la ⁢ficción seriada ‍de origen ⁤argentino con series como Mi Familia es un Dibujo o Chiquititas, que se emitió desde ​1996 por Monte Carlo y abrió la puerta ⁣a años de ficciones bajo la órbita de Cris ⁢Morena que se prendían ⁣en los televisores de los niños uruguayos después de tirar la túnica o el uniforme⁣ sobre el ⁢sillón.

“Ese tipo de narraciones audiovisuales han desaparecido en la televisión abierta y también aquel ​tipo de⁣ programa destinado ‍a niños que involucraba el canto y el baile, ⁣pero no como competencia y no como concurso, sino como divertimento o como juego”, señala Sánchez.

Para comienzos del nuevo milenio todo empezó a cambiar. “La⁣ aparición de canales de cable​ destinados especialmente a la población infantil fue una‍ competencia muy intensa para los⁤ canales‌ de televisión abierta. En la medida ‍que el cable se expandió, los espacios destinados a​ público infantil empiezan a retroceder y prácticamente a desaparecer“, ​sostiene Sánchez, que marca en la primera década del siglo XXI la desaparición de esos espacios diarios en los canales privados.

La‌ segunda transformación importante es​ el avance de las plataformas de streaming. “La transformación de la televisión lineal en la televisión por‌ internet, que básicamente permite el videoon demand ⁢ en casi todas las plataformas, ​desencadena una dinámica que de alguna manera impulsa a los canales de‌ televisión abierta a orientarse hacia otro tipo⁢ de programación”, dice la investigadora.

Ella identifica que ​en la última década los canales privados de televisión‌ abierta han orientado su inversión y su política de programación en los informativos y los programas de entretenimiento.​ “El porcentaje de oferta de ficción televisiva –ya no pensando solamente en ‍los niños– ha disminuido radicalmente. Un 79% de⁣ las ⁣horas de producción nacional ‌están destinadas al entretenimiento y al discurso informativo, los programas de ⁣telenoticiero y algún periodístico de vez en cuando. De tal manera que si quisieras encontrar algún espacio para un consumo infantil lo ‍más cerca ⁤que podés tener​ es un programa de concursos”.

Los canales‌ uruguayos han apostado por los grandes tanques⁣ de entretenimiento⁣ para “toda la familia” en horarios centrales. Programas como La Voz –con la variación de La Voz Kids–, Got Talent o ¿Quién es la máscara? intentan captar ahora ​la atención de ⁢los​ niños con concursos de‌ talentos.

De ‌Ulandia a Cannes

La grilla de ​programación de los canales de aire ha ​perdido prácticamente⁣ el interés por ‍los niños. Basta​ con⁤ prender la televisión a ‍las cinco de la tarde o hacer zapping un domingo a la mañana. ⁣ Pero eso no quiere⁣ decir que no hayan realizadores que se interesen por esas audiencias.

Una excepción en el panorama actual ⁢es⁤ el Paseo Animado, que mantiene⁢ el esquema clásico de los dibujitos en Tv Ciudad, con una combinación de animaciones como El show de Garfield (Francia y Estados Unidos), Martín Matín (Francia)⁣ o La asombrosa excursión de Zamba y Nina‌ (Argentina). A fines de setiembre apareció ​entre los contenidos una joya nacional: una serie ‌uruguaya que finge ser educativa.

Tv educativa, ‌escrita ‌y dirigida por Marco Caltieri y Pablo ⁤Marcovecchio, se estrenó en el Festival Canneseries donde compitió con otras⁢ nueve⁢ series del mundo y en donde era la única serie animada de todo el festival. La⁣ serie de ⁣12 capítulos de⁣ 12 minutos juega a ser una producción educativa del canal público de ⁤la dictadura⁣ de Ulandia, un ⁢país ficticio con sus⁢ propios símbolos patrios, y se organiza por materias para crear 13 mundos diferentes –con ⁤técnicas de⁢ animación diferentes– en los ​que sus personajes dialogan en sus propios términos.

La serie está pensada ​para un público de 11 años en adelante⁢ y está repleta de guiños generacionales. “Es⁤ una franja bastante fronteriza, donde puede⁤ haber otro tipo de humor, otro ​tipo‍ de chistes, puede⁤ haber mucha más polisemia porque hay más⁣ sentidos‌ involucrados y siempre hay adultos que están mirando. Teníamos como referencia ⁤series clásicas recientes de Cartoon [Network] como Gumball, Un Show Más u Hora de aventuras, que tienen un trasfondo adulto superinteresante y también tienen planteos lindos para las‌ adolescencias”.

La fragmentación de la serie​ responde tanto a la capacidad de ‍producción del equipo de animadores –que imprimieron ​sus propios estilos en la animación de cada universo– como a los cambios en los hábitos de consumo de los niños ​y niñas. “El formato de redes, la fragmentación ⁢y cierta instantaneidad o cierto cierto zapeo medio descerebrado (no es un juicio valor, ⁢yo también lo hago) veces convierte lo que estamos consumiendo en términos culturales en cápsulas de segundos. Hay algo de tratar de entrar en una lógica de consumo de ficciones fragmentarias”.

Tv educativa

En este contexto ⁣en el que los niños y adolescentes han naturalizado el streaming y ‍las redes sociales, el realizador‍ considera que la diversión no puede quedar relegada a la competencia con las plataformas. “Haces lo que a vos te gustaría ver. Hay un punto en el que sos consciente de todas esas cosas, pero también hay decisiones ⁤que están tomadas porque nos divierten. Si bien hay decisiones que son muy racionales, muy ⁢cerebrales, muy de orden del análisis de lo que ven los gurises: la fragmentación, la excusa narrativa. Hay un punto en el que tenés que dejar de estar ‌tan frío y ‍decir ‘hagamos esto porque⁣ nos divierte'”.

La serie que se ‌jacta de no ser educativa se vale de una multiplicidad de mecanismos del humor. Pero, aunque no lo busque, tiene también un costado por el que se cuela el aprendizaje.

Tv educativa se financió en parte con⁤ un ⁤fondo que otorgaba la Dirección Nacional​ de⁣ Telecomunicaciones del Ministerio de Industria, Energía y Minería que ‍tenía ⁤como objetivo la realización de contenidos infantiles y adolescentes.

“Este tipo de producciones son posibles en Uruguay solo gracias al apoyo de fondos gubernamentales, de apoyo al desarrollo​ y a la producción audiovisual”,‌ dice Caltieri, que al comenzar el proyecto ya tenía la experiencia de El Cuco de las Matemáticas (una serie live action ‌ que se⁤ estrenó también en Tv Ciudad en 2019). ​A su vez, participaron de instancias de mercados televisivos a nivel internacional para conseguir pantallas y más financiación.

La televisión,‌ el streaming y la hora de ⁣la merienda

“No ⁤hay una oferta significativa de programas destinados a los niños”, concluye Rosario Sánchez⁤ y observa que “no parece haber‌ una intención [por parte de los canales de televisión] de quitarle a las plataformas de⁢ streaming y al propio cable, que no desapareció, el protagonismo”.

En el mismo sentido Caltieri cree que es complejo analizar un segmento de algo que está “comprometido muy mal en su conjunto”. “La producción televisiva nacional en términos de ficción es prácticamente inexistente, imaginate el segmento infantil”, dice.

El realizador señala que hay diferencias en cuanto al compromiso de los canales públicos y las empresas privadas cuando se trata de ficción nacional. “Las ‌capacidades en orden‍ de ‌talento‌ están, pero ‌luego las pantallas que están cercanas a ⁣poder realizar y exhibir este tipo de cosas en Uruguay son las pantallas públicas. No hay un correlato de los canales privados en relación‌ a esto”,⁤ dice Caltieri, creador ⁢también de la serie El Metro de Montevideo.

Las ⁢plataformas de streaming entonces se consolidan como el catálogo del​ entretenimiento infantil. Y la oferta es francamente diversa: desde la‌ transmisión en vivo de niños abriendo regalos o jugando a ‍los videojuegos,​ pasando ⁣porCuarenta helados. Tenía que ser más que suficiente: una conservadora con cuarenta helados del sponsor del programa para compartir con los chiquilines que se ​acercaran. Horacio Rubino y ‌Gabriela Lopetegui habían estrenado un par de meses atrás Requetedivertidos en Canal 4 y convocaron a los niños del otro lado de ‌la pantalla a encontrarse en el Zoológico de Montevideo. Pero ​cuando llegaron ‍el panorama era otro: “Había cuatro​ mil niños empujando las puertas del zoológico para entrar”, recuerda ahora Rubino, que en su incredulidad se vio rodeado de chicos ‌que ‍gritaban su nombre mientras tiraban con ímpetu de su camisa. Era una estrella televisiva, de la época en que los niños miraban televisión.

La televisión llegó a Uruguay a mediados ⁢del siglo pasado. El 7 de diciembre de 1956 en ⁤Saeta Canal 10 hizo historia al poner al aire la ⁣primera emisión televisiva, pero terminó de consolidarse en la década siguiente con la fundación de⁣ los principales canales de aire.

La llegada del aparato a las casas de las⁢ familias uruguayas fue⁢ una revolución tecnológica. Para los niños, aquella caja mágica fue una ventana nueva al entretenimiento y la imaginación. “Desde​ los primeros años⁢ de la televisión ⁣ya hay espacios de programación infantil”, dice Rosario Sánchez, investigadora y coordinadora del ​Observatorio Latinoamericano de Ficción Televisiva (Obitel) en Uruguay.

La Revista Infantil, conducida por Miguel Ángel Manzi en ⁣la que ‍los niños mostraban sus​ destrezas, los espacios de dibujos animados ‍con El show del Super Ratón ⁣o las Urracas parlanchinas de Paul Terry, a los que en seguida le siguieron Los Picapiedras y Los Supersónicos de Hanna y Barbera. En los inicios de los 60′, Eduardo D’Angelo encarnó a Capitán Cañones. Y series como Lassie, Rin tin tin⁤ o​ El llanero solitario formaron parte de la programación de esa primera década.

Paulatinamente ⁢la televisión dejó de⁤ ser una novedad tecnológica​ y

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