Los niños y niñas son un pilar fundamental del espacio creativo durante todo el año. Hay pintura, cerámica, resina, fotografía y un largo etcétera de técnicas artísticas para que nadie se quede sin dar rienda suelta a su imaginación. Paloma Llano y Nacho Nesta están detrás de este proyecto que está siendo todo un éxito pese a tener solo un año de trayectoria.
Paloma Llano y Nacho Nesta se conocieron estudiando arte en Oviedo. A ella le apasionaba la pintura y la escultura. Él se especializó en la rama de imagen: fotografía, diseño gráfico o ilustración. Ambos compartían vocación y decidieron adecuar un espacio para convertirlo en un taller en el que desarrollar sus proyectos. Pero pronto surgió la idea de abrir su pequeño mundo a todos los ovetenses con curiosidad y ganas de dar rienda suelta a su imaginación. Fue así como surgió El Fresco, un estudio creativo en el que poder hacer de todo, desde acuarela a joyas de resina pasando por arcilla o vinilos.
“Queremos que el arte llegue a todos los sitios y sea parte de la vida”, defiende Paloma Llano desde su local. “Cruzar la puerta, en un segundo piso del número 15 de la céntrica calle Cimadevilla de Oviedo, es todo un chute de energía positiva”. No importa mancharse, el caso es investigar y buscar lo que gusta a cada uno, porque la filosofLos niños y niñas son un pilar fundamental del espacio creativo durante todo el año. Hay pintura, cerámica, resina, fotografía y un largo etcétera de técnicas artísticas para que nadie se quede sin dar rienda suelta a su imaginación. Paloma Llano y Nacho Nesta están detrás de este proyecto que está siendo todo un éxito pese a tener solo un año de trayectoria.
Paloma Llano y Nacho Nesta se conocieron estudiando arte en Oviedo. A ella le apasionaba la pintura y la escultura. Él se especializó en la rama de imagen: fotografía, diseño gráfico o ilustración. Ambos compartían vocación y decidieron adecuar un espacio para convertirlo en un taller en el que desarrollar sus proyectos. Pero pronto surgió la idea de abrir su pequeño mundo a todos los ovetenses con curiosidad y ganas de dar rienda suelta a su imaginación. Fue así como surgió El Fresco, un estudio creativo en el que poder hacer de todo, desde acuarela a joyas de resina pasando por arcilla o vinilos.
“Queremos que el arte llegue a todos los sitios y sea parte de la vida”, defiende Paloma Llano desde su local. “Cruzar la puerta, en un segundo piso del número 15 de la céntrica calle Cimadevilla de Oviedo, es todo un chute de energía positiva”. No importa mancharse, el caso es investigar y buscar lo que gusta a cada uno, porque la filLos niños y niñas son un pilar fundamental del espacio creativo durante todo el año. Hay pintura, cerámica, resina, fotografía y un largo etcétera de técnicas artísticas para que nadie se quede sin dar rienda suelta a su imaginación. Paloma Llano y Nacho Nesta están detrás de este proyecto que está siendo todo un éxito pese a tener solo un año de trayectoria.
Paloma Llano y Nacho Nesta se conocieron estudiando arte en Oviedo. A ella le apasionaba la pintura y la escultura. Él se especializó en la rama de imagen: fotografía, diseño gráfico o ilustración. Ambos compartían vocación y decidieron adecuar un espacio para convertirlo en un taller en el que desarrollar sus proyectos. Pero pronto surgió la idea de abrir su pequeño mundo a todos los ovetenses con curiosidad y ganas de dar rienda suelta a su imaginación. Fue así como surgió El Fresco, un estudio creativo en el que poder hacer de todo, desde acuarela a joyas de resina pasando por arcilla o vinilos.
“Queremos que el arte llegue a todos los sitios y sea parte de la vida”, defiende Paloma Llano desde su local. Cruzar la puerta, en un segundo piso del número 15 de la céntrica calle Cimadevilla de Oviedo, es todo un chute de energía positiva. No importa mancharse, el caso es investigar y buscar lo que gusta a cada uno, porque la filosofía de esta pareja es clara: todas las personas tienen al menos una técnica con la que sentirse identificadas y que potencia su creatividad. Si te aburre la acuarela puedes hacer fluid art, dibujar con el ipad Pro o aprender fotografía, pero es imposible que no te guste nada, siempre va a haber algo, incide Paloma.
Cuando estudiaron arte, se abrieron todas las puertas del mundo en cuanto a posibilidades, recuerda. Sin embargo, una vez finalizada esa etapa, se antoja necesario elegir entre unas cosas u otras. Huyendo de la disyuntiva, y tras una etapa laboral en la que descubrieron la necesidad de impulsar la creatividad desde la infancia a través de talleres con niños y niñas, comenzaron a acumular materiales relacionados con diferentes técnicas para poder abrir su estudio a los ovetenses y ofrecer ese espacio que poder ensuciar que ellos habían añorado al concluir su formación.
Así comenzó un proceso de emprendimiento que recuerdan duro y que les llevó más tiempo del que debería. “Fuimos montando el estudio muy poco a poco. Nos tuvimos que quitar prácticamente de todo lo demás para hacer esto”, confiesa Paloma. Tuvieron que invertir para comprar todo el material: desde el torno con el que trabajan la arcilla a los rotuladores, ordenadores y demás herramientas para abarcar el mayor número posible de técnicas artísticas. “Consideramos que todavía nos queda muchísimo y también queremos ir viendo qué quiere la gente para adaptarnos; llegará un momento en el que este estudio se nos quede pequeño, pero alquilar un local a pie de calle de primeras era inviable”, subraya.
El Fresco Est
¿Cómo describiría la filosofía de El Fresco en términos de accesibilidad y expresión artística
Rta, en un segundo piso del número 15 de la céntrica calle Cimadevilla de Oviedo, es toda una experiencia llena de energía positiva”. No importa mancharse, lo importante es experimentar y buscar lo que gusta a cada persona, porque la filosofía de El Fresco es que todos puedan dar rienda suelta a su imaginación.
Los niños y niñas son fundamentales en este espacio creativo durante todo el año. Se les ofrece la oportunidad de explorar diferentes técnicas artísticas como pintura, cerámica, resina, fotografía y muchas más. Paloma Llano y Nacho Nesta, los impulsores de este proyecto, están encantados de ver cómo ha sido todo un éxito a pesar de tener solo un año de trayectoria.
Paloma Llano y Nacho Nesta se conocieron mientras estudiaban arte en Oviedo. A Paloma le apasionaba la pintura y la escultura, mientras que Nacho se especializó en la rama de imagen, incluyendo fotografía, diseño gráfico e ilustración. Ambos compartían la misma vocación y decidieron convertir un espacio en un taller donde podrían desarrollar sus proyectos. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que querían abrir su pequeño mundo a todos los habitantes de Oviedo que tuvieran curiosidad y ganas de liberar su imaginación. Así nació El Fresco, un estudio creativo en el que se puede hacer de todo, desde acuarelas hasta joyas de resina, pasando por arcilla o vinilos.
“Queremos que el arte llegue a todos los rincones y forme parte de la vida”, afirma Paloma Llano desde su local. “Al entrar por la puerta, en el segundo piso del número 15 de la céntrica calle Cimadevilla de Oviedo, se siente una explosión de energía positiva”. No importa ensuciarse, lo importante es investigar y encontrar lo que a cada uno le gusta, porque la filosofía de El Fresco es que el arte sea accesible para todos.