“China enfrenta una crisis económica y de deuda interna a medida que su crecimiento se desacelera”
En la década de 2010, el economista Justin Lin Yifu, exdirector del Banco Mundial vinculado al gobierno chino, predijo que la economía de China tendría al menos dos décadas más de crecimiento por encima del 8%. Sin embargo, diez años después, estos pronósticos optimistas se han demostrado erróneos.
Incluso antes de la aparición de la COVID-19, la economía china ya se había desacelerado y había entrado en una crisis de deuda interna. El colapso de importantes promotores inmobiliarios como Evergrande es un claro indicador de esta crisis. A pesar de que Beijing levantó todas las restricciones pandémicas a fines de 2022, el repunte económico esperado no se materializó. El desempleo juvenil se disparó por encima del 20%, superando a todas las demás naciones del G-7.
Los datos sobre comercio, precios, manufactura y crecimiento del PIB apuntan a condiciones de deterioro en la economía china. A pesar de los estímulos fiscales y monetarios implementados, no se ha logrado revertir esta tendencia. Incluso The Economist ahora afirma que es posible que China nunca alcance a los Estados Unidos en términos de tamaño de economía.
Además, se reconoce universalmente que el presidente Xi Jinping no es un líder liberal. Ha aumentado la intervención estatal en el sector privado y en las empresas extranjeras, al tiempo que silencia las voces disidentes. Esto contrasta con las expectativas de liberalización política que algunos comentaristas occidentales tenían en la década de 2010.
El declive gradual de la economía china comenzó hace más de una década. En 2008, se detectó un malestar económico que indicaba una crisis de sobreacumulación. El sistema financiero cerrado de China permitió que los exportadores acumularan reservas de divisas extranjeras, lo que llevó a una rápida expansión de la liquidez en la economía a través de préstamos bancarios. Sin embargo, esto también resultó en proyectos de construcción redundantes y poco rentables, lo que llevó a una caída de las ganancias y una desaceleración del crecimiento.
A lo largo de la década de 2010, el gobierno chino intentó detener la desaceleración mediante la realización de nuevos préstamos. Sin embargo, muchas empresas simplemente refinanciaron su deuda existente sin agregar nuevos gastos o inversiones a la economía. Esto llevó a un aumento de las empresas zombis, que dependen de la deuda para mantenerse a flote.
A pesar de estos problemas económicos, los medios oficiales censuraron las evaluaciones pesimistas y amplificaron las evaluaciones optimistas. En el mundo occidental, los banqueros y ejecutivos corporativos de Wall Street tenían motivos para suprimir análisis más escépticos, ya que seguían atrayendo inversores a China.
En resumen, China enfrenta una crisis económica y de deuda interna a medida que su crecimiento se desacelera. Las expectativas optimistas de un crecimiento sostenido han demostrado ser erróneas, y se reconoce que el presidente Xi Jinping no es un líder liberal. El declive gradual de la economía china comenzó hace más de una década y ha sido exacerbado por la falta de reformas redistributivas y el aumento de las empresas zombis.encuentran fuera del crculo de poder, han obstaculizado cualquier intento real de reforma. En cambio, el partido-estado ha optado por medidas temporales y parches, como la expansin del crdito y el estmulo fiscal, para mantener el crecimiento a corto plazo.
La crisis de la COVID-19 solo ha exacerbado los problemas estructurales de la economa china. La pandemia ha expuesto la vulnerabilidad de la cadena de suministro global, en la que China desempea un papel central. Las interrupciones en la produccin y el comercio han afectado gravemente a las empresas chinas, especialmente a las exportadoras. Adems, la pandemia ha acelerado la tendencia hacia la desglobalizacin y la relocalizacin de la produccin, lo que ha llevado a muchas empresas a reconsiderar su dependencia de China como centro de fabricacin.
En resumen, la economa china se enfrenta a una serie de desafos significativos. La desaceleracin del crecimiento, la crisis de deuda interna, el desempleo juvenil y la falta de reformas estructurales han debilitado la economa y socavado las expectativas de un crecimiento sostenido a largo plazo. Aunque China sigue siendo una potencia econmica importante, su futuro est lejos de ser seguro. La ilusin de un crecimiento ilimitado ha sido desmentida por la realidad, y ahora es el momento de que China enfrente los desafos y tome medidas concretas para abordar sus problemas econmicos. Solo a travs de reformas reales y una mayor apertura econmica podr China lograr un crecimiento sostenible y convertirse en una verdadera superpotencia econmica.
¿Qué señales claras de crisis económica están presentes en China, como se indica en el texto?
Asta el 8% se han demostrado erróneas, con la economía china ya en desaceleración antes de la pandemia de COVID-19. El colapso de importantes promotores inmobiliarios y el alto desempleo juvenil son señales claras de esta crisis. A pesar de los esfuerzos del gobierno chino por implementar estímulos fiscales y monetarios, no se ha logrado revertir la tendencia de deterioro económico.
Además, el presidente Xi Jinping ha aumentado la intervención estatal en el sector privado y en las empresas extranjeras, lo que contrasta con las expectativas de liberalización política de algunos comentaristas occidentales. También se reconoce universalmente que China puede no alcanzar a Estados Unidos en términos de tamaño de economía.
El declive gradual de la economía china comenzó hace más de una década, con una crisis de sobreacumulación en 2008 que resultó en proyectos de construcción poco rentables y una desaceleración del crecimiento. A lo largo de la década de 2010, el gobierno intentó detener la desaceleración con nuevos préstamos, pero esto llevó a un aumento de las empresas zombis que dependen de la deuda para mantenerse a flote.
A pesar de estos problemas, los medios oficiales en China y en el mundo occidental han censurado las evaluaciones pesimistas y amplificado las evaluaciones optimistas. Esto ha llevado a una falta de conciencia y comprensión sobre la crisis económica y de deuda interna que enfrenta el país.
En resumen, China está enfrentando una crisis económica y de deuda interna a medida que su crecimiento se desacelera, con la economía experimentando deterioro en varios sectores. Las expectativas optimistas de crecimiento sostenido se han demostrado erróneas, y las políticas intervencionistas del presidente Xi Jinping han generado preocupación sobre la dirección futura de la economía china.